Las redes sociales como comunidades de práctica.

Las redes sociales han revolucionado por completo la forma en la que nos comunicamos, trabajamos e incluso la manera en la que aprendemos. Aunque estas plataformas son sin duda amplios espacios de socialización y comunicación, aplicaciones como TikTok, Twitter o Instagram se han convertido en autenticas comunidades de práctica donde los usuarios, en conjunto, construyen un proceso de difusión del conocimiento. Pero, ¿podríamos considerarlas según la idea de comunidad de practica de Lave y Wenger?

¿QUE SON LAS COMUNIDADES DE PRÁCTICA?

Para Lave y Wenger, una comunidad de práctica consiste en un grupo de personas que comparten un interés y que aprenden de manera conjunta mediante la participación activa, es decir, analizaron el aprendizaje como un proceso de participación dentro de un grupo social. En estas comunidades, el aprendizaje no es un proceso aislado que se desarrolla de manera pasiva, sino que nacen de la interacción de novatos y expertos, donde los novatos, progresivamente, van adquiriendo habilidades hasta convertirse en miembros "expertos" dentro de la comunidad.
Algunos ejemplos serian las parteras del Yucatán o los sastres en Vai quienes aprender por observación e imitación de los miembros del grupo que son más conocedores de la actividad. 
¿Sucede entonces lo mismo en redes sociales?


LAS REDES SOCIALES COMO ESPACIOS DE APRENDIZAJE

Si observamos detenidamente como funcionan las redes sociales podemos encontrar algunas similitudes con las características de las comunidades de practica de Lave y Wenger:
  • Interacción entre expertos y novatos. En plataformas como YouTube los creadores de contenido actúan como los "expertos". Desde recetas de cocina hasta programar un ordenador, los videos permiten a los que los ven adquirir habilidades de manera progresiva. En los comentarios, los mismos comentarios puedes solucionar dudas y corregir errores.
  • Aprendizaje activo. Alguien que comienza a ver videos de dibujo en Instagram puede comenzar observando de manera activa los tutoriales para luego lanzarse a probarlo por el mismo. Luego puede hacer sus propios videos y recibir retroalimentación de otros usuarios conocedores de la materia incluso llegando a convertirse en alguien reconocido dentro de la comunidad.
  • Transformación personal. Tal y como ocurre en las comunidades de práctica tradicionales, el usuario que aprende en redes sociales no solo adquiere conocimientos, sino que también cambia su identidad dentro del grupo, llegando a convertirse en alguien reconocido dentro de él, enlazando con el punto anterior.
  • Accesibilidad y diversidad. A diferencia que las comunidades de práctica tradicionales que solían estar ligadas a un entorno físico y material, las redes sociales permiten que personas de diferentes países y contextos participen en un mismo espacio de aprendizaje amplificando las oportunidades y la difusión del conocimiento de manera mundial.

PERO, ¿SON LAS REDES SOCIALES VERDADERAS COMUNIDADES DE PRÁCTICA?

A pesar de las similitudes hay ciertos aspectos que alejan las comunidades de práctica de las redes sociales:
  • Falta de implicación total. En las comunidades de práctica tradicionales, el aprendizaje sucede de manera continua en la vida cotidiana, en las redes sociales las personas pueden participar en dichos espacios de aprendizajes de manera esporádica o superficial.
  • Falta de estructura. Aunque son los expertos lo que van guiando a los novatos, la relación entre ellos no es estrecha como en las comunidades de práctica. Son relaciones lejanas donde no hay contacto directo lo que considero algo fundamental en las comunidades que plantean Lave y Wenger.
  • Fragmentación del conocimiento. En redes, la información se encuentra dispersa. Se aprende en pequeños fragmentos cosa que en ocasiones, puede carecer de progresión lógica. Esto dificulta obtener un verdadero aprendizaje profundo y estructurado.

POR TANTO...

Las redes sociales han permitido que cualquier persona, solo accediendo a internet, pueda aprender casi cualquier cosa. Aunque han creado nuevas formas de aprendizaje donde la participación activa en la clave, considero que no sustituyen en absoluto a las comunidades de práctica de las que nos hablaban Lave y Wenger.
La redes sociales nos permiten reinventarnos y contribuyen a la evolución del conocimiento y por consiguiente de la sociedad. Puede que en un futuro, estas plataformas integren nuevas herramientas que hagan el aprendizaje en ellas un proceso más estructurado e inmersivo.
¿Puede que estemos ante el futuro de las comunidades de práctica? Tal vez no fueron iguales a las que Lave y Wenger nos propusieron, pero sin duda creo que han abierto un nuevo horizonte en la forma en la que aprendemos en la actualidad.


FUENTES USADAS: 
-Wenger, E. (2002). Comunidades de práctica. Paidos Iberica, Ediciones S. A.
-Sergio Reyes. (s.f.). Tres teorías para hackear el sistema educativo escolar. Organizacion a las cinco y media. https://organizacionalascincoymedia.blogspot.com/

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